Para aclarar un poco la idea, se le denomina “Espectro Autista”, porque a cada persona le afecta de manera diferente. Esto se debe a que no todos tienen los mismos síntomas con la misma gravedad. Sin embargo, hay algunos indicios que todas las personas con autismo tienen, como problemas con la comunicación social, dificultad con el contacto visual y comportamientos repetitivos e inusuales.
Para muchos niños, los síntomas van mejorando con la edad, gracias a la intervención temprana.
Aunque los trastornos del espectro autista se suelen diagnosticar en la niñez, debemos tener en cuenta que es una afección de por vida. Durante la adolescencia, algunos niños pueden deprimirse o tener problemas de comportamiento y su tratamiento tal vez requiera ciertas modificaciones a medida que hacen su transición a la edad adulta. Por lo general siguen necesitando servicios y apoyo durante toda la vida, pero dependiendo de la gravedad del trastorno, estas personas pueden trabajar exitosamente y vivir en forma independiente.
Todavía queda mucho por aprender sobre esta condición. Los científicos no conocen las causas exactas del autismo, ciertas investigaciones sugieren que los genes y los factores ambientales pueden ser algunas de las causantes de esta condición.
Lo que sí hay que tener claro es que los trastornos dentro del espectro no tienen cura. Las terapias y las intervenciones del comportamiento están diseñadas para ayudar con algunos síntomas específicos y poder mejorarlos. Mientras más temprano sea la intervención, mucho mejor.