
Se ha observado que las ondas cerebrales de los niños en presencia de los delfines producen una armonización entre los hemisferios izquierdo y derecho del cerebro, lo que produce un estado de paz y relajación.
Estas ondas ultrasónicas también generan endorfinas y otras sustancias que ayudan a mejorar la conexión entre las neuronas.
Estos cambios neurológicos y neuroquímicos que se generan, se traducen en diversos beneficios físicos, emocionales e intelectuales tales como mejoras en el sistema inmunológico, mejoras en la coordinación motora, en el estado de ánimo, el contacto social y en el lenguaje.
Por ultimo ayuda a mejorar su capacidad atencional y por lo tanto optimiza los procesos de enseñanza.