Los niños fortalecen y estimulan los aspectos motores, sensoriales y emocionales gracias a los caballos. Los niños desarrollan fuerza mientras tratan de ajustar constantemente su cuerpo para mantener el equilibrio y controlar el caballo durante los cambios de velocidad y dirección. Los niños autistas generalmente adoran la estimulación vestibular (equilibrio) que le da el caballo durante un paseo o trote. El movimiento contundente del cuerpo empujado contra el caballo estimula los músculos y las articulaciones. El cuidado del caballo ayuda a aprender sobre los sentimientos de otro ser vivo y desarrolla sentido de la responsabilidad. Este vínculo ayudará al niño con autismo a desarrollar habilidades sociales y de comunicación en todas las áreas de su vida.
Publicación anterior